Danilo Sepúlveda
Entrevistas

Hoy charlamos con Danilo Sepúlveda “Villacura”

Nuestro colaborador Antonio Andrade tiene varias costumbres. Entre ellas, el vermú dominguero en uno de sus espacios habituales. Y fue ahí donde se encontró con el protagonista de esta entrevista, el músico chileno residente en Zaragoza Danilo Sepúlveda. 


Lo que se antojaba como un vermuteo cualquiera de un domingo cualquiera en La Terraza Experimental del parque Delicias. Terminó por convertirse en un grato encuentro.

Entre mi acostumbrada jarra de cerveza, el murmullo refrescante de aquella emblemática cascada y los paseos interminables de las camareras y camareros, una voz de buen talante se abrió paso por sobre el rumor de los comensales. Así fue como lo conocí, detrás de una guitarra, de un micrófono y embanderando algunos de los temas de aquél viejo Jorge Drexler. El de antes del Óscar.

Danilo Sepúlveda es su nombre y, tras un breve saludo, me invitó a un concierto que daría, días adelante, en el Centro Cívico Tío Jorge.

¿Quién es Danilo Sepúlveda?

Con mucho gusto, le presento.

“Yo soy de Chile, en Sudamérica. Llegué aquí por curiosidad, tenía unas ganas enormes de conocer otros lugares, así es que en el 2006 se dio la oportunidad de venir y, la verdad, me lo pensé muy poco. Deshice mi vida por completo, me despedí de mi familia y me lancé a recorrer el mundo. Aunque ese solo es un decir, porque llegué aquí, a Zaragoza, y de aquí no me he movido mucho. He visitado varios sitios de España y algunos más de Europa, pero solo eso”

En cuanto a la música, para Danilo, esta siempre ha estado presente en su vida.

“La música me llegó muy pronto, comencé a tocar la guitarra desde muy pequeño. Imagínate, a los ocho años, sin tener demasiada conciencia de lo que pasaba a mi alrededor, yo ya tocaba la guitarra y cantaba en un grupo folclórico de un colegio en el que, casualmente, no estudiaba”.

Danilo Sepúlveda

Esto ocurrió gracias a una buena amiga de su madre, que era maestra de música y, además, tenía una agrupación. Tras escucharlo, decidió amadrinarlo y lo invitó a participar. “Desde ese momento, todo fue para adelante, la música nunca ha dejado de estar presente en mi vida, yo la he dejado muchas veces, pero ella nunca me ha dejado a mí”.

Los tiempos de la dictadura

“Cuando ya era mayor, junto con mi compañero el Pancho formamos un dueto, componíamos y presentábamos canciones en las épocas más álgidas de la dictadura en Chile, estuvimos en el frente de la batalla cultural, armados tan solo con nuestras guitarras, nuestras voces y el mensaje de nuestras canciones. Íbamos a donde nos llamaran para participar en conciertos solidarios, universidades y otros foros; recorrimos muchísimos lugares”

Desafortunadamente, la veda cultural impuesta por el régimen militar de Augusto Pinochet sembró un profundo y largo silencio a las voces de muchísimos creadores chilenos. Y Danilo pasó un largo tiempo sin poder tocar públicamente.

España y el regreso de la musa

“Creo que fue la soledad que encontré aquí, tras mudarme al mal llamado viejo continente, lo que me llamó a retomar los asuntos musicales. Con mi primer sueldo me compré una guitarra que me devolvió la vida. Desde entonces no he dejado de tocar, ya sean mis canciones, los temas de los viejos amigos o los de aquellos a quienes admiro. Estoy muy contento de poder tocar nuevamente en directo y que la gente lo reciba con gusto. Digamos que lo pretendo todo y al mismo tiempo no pretendo nada”.

“Estar fuera de Chile me ha abierto la cabeza un montón, ya estando aquí fui consciente de lo que había hecho, dejar tu país y estar en otro sitio no es sencillo, aunque hablemos el mismo idioma, hay mucho que aprender, mucho a lo que adaptarse, se trata de no perder las raíces y gracias a la música he conseguido no desconectarme”.

Sus influencias

Durante su adolescencia, Danilo tuvo la oportunidad de escuchar por vez primera a Silvio Rodríguez, pieza fundamental de la canción de autor en hispanoparlandia. Y quedó cautivado.

“Desde ese momento comencé a trabajar muy duro con la guitarra, quería aprender esos modos guitarrísticos del cubano. Ciertamente, él fue una influencia importante en mi vida artística. Me abrió los ojos a un mudo distinto, pero también lo han sido otros. Por un lado están Violeta Parra y Víctor Jara, quienes fueron mi bandera de lucha. Luis Alberto Espineta me voló la cabeza con su poesía musical. También me gusta mucho el jazz, siempre lo estoy escuchando”.

Como buen músico, Danilo es melómano, cuando no está escuchando jazz, está descubriendo nuevas cosas dentro de la escena del hip hop, del drum and bass e incluso de la electrónica. Si bien, sus preferencias musicales no empatan por completo con su estilo, se pueden adivinar algunas de sus influencias y gustos en distintos momentos de su arte. Su música es movimiento total, un sube y baja de sonidos interminable, un diálogo que refleja sus necesidades expresivas y su profundo amor por la música.

Danilo Sepúlveda

Y ahora, ¿qué es lo que sigue?

“Actualmente estoy trabajando en un proyecto más completo, estoy tocando con una chica bajista, un guitarrista eléctrico y un violinista, todos viven acá en Zaragoza, es variopinto el panorama. La idea es grabar un material completo y distribuirlo tanto de manera física como en las distintas plataformas digitales. Pero, sobre todo, llevarlo a los escenarios. Eso es lo que sigue”.

Para terminar nuestra charla, Danilo Sepúlveda dedicó unas palabras para todos sus paisanos y para la diáspora latinoamericana dispersa por España.

“Hay momentos duros cuando uno deja todo atrás y se va a otro sitio. Yo mismo, en varias ocasiones, he pensado que quizás valdría la pena volver a casa. Pero aquí se vive muy bien, independientemente de muchas cuestiones; que si la política, que si la economía, etcétera. En términos generales soy feliz. Estoy muy bien acá, tengo una pareja maravillosa que me comprende y me apoya, llevamos una vida muy placentera. Esto más la música y los amigos me hacen sentirme muy feliz, y siempre encuentro un pretexto nuevo para reafirmar la decisión de haber salido de mi tierra”.


Entrevista, texto e imágenes de Antonio Andrade.